El día de hoy nos complace contar la historia Robinson Morey, un venezolano que desde muy temprana edad tenía vocación para ayudar. Desde la juventud tenía claro que cualidades lo representaban, siendo su eslogan de vida “Voluntad, Determinación, Disciplina y Servicio”. Un viaje a la India le dio un giro a su vida, por cosas de la vida un viaje de solo dos meses se convirtió en una aventura de dos años. Llegó a un país donde su don de servicio fue valorado y apreciado.

Robinson es el único venezolano y latinoamericano en recibir el Premio Excelencia Humanitaria del Año 2021, el máximo galardón social de la India. Esto es un orgullo y conlleva una gran responsabilidad social de mantenerse firme y fiel a los valores y continuar por el camino del Servicio. Como dice un gran amigo “la verdadera riqueza está en servir”.

La historia de Robinson Morey, es una de las historias que más me ha tocado y estoy segura que lo hará contigo. Acompáñennos a disfrutar de esta hermosa historia:

¿Qué soñabas con ser de niño?
Una pregunta difícil. Quería ser bombero y salvar vidas, a medida que transcurría mi adolescencia estuve en la brigada bomberil de la UDO Cumaná; también quería ser cantante, estudié canto lírico y ópera en el Teatro Luis Mariano Rivera de Cumaná. Fueron actividades que me encantaron, sin embargo, tuve que dejarlas a un lado para poder trabajar desde temprana edad.

Resumen de tu adolescencia a nivel personal, académico y laboral
Estudié en un colegio de monjas en Cumaná, era un adolescente rebelde pero con buenas calificaciones, esto desestabilizaba a las monjitas, siempre decían que cómo era posible que siendo excelente estudiante, podía ser tan rebelde (ja,ja,ja).

Mi familia tenía deficiencias económicas, por eso decidí (sin contarle a mi mamá) tejer pulseras para vender, limpiar zapatos a los otros compañeros de clases con el propósito de ganar dinero. Fueron tiempos difíciles luego de la separación de mis padres, sentía que debía ayudar de alguna manera. Usualmente iba a cantar en karaokes por dinero también.

Al finalizar el liceo, me inscribí en el programa de aprendices INCES y obtuve un empleo en la empresa Molinos Nacionales, C.A. (MONACA) a los 17 años, allí tuve mi primera experiencia laboral en el ámbito de la administración y recursos humanos, era una excelente empresa donde obtuve muchos beneficios, allí estuve casi 3 años, y aproveché ese tiempo y dinero también para estudiar Relaciones Industriales, Coaching y Programación Neurolingüística (PNL).

Antes de cumplir 18 años, me sentía fatal. En la adolescencia tuve problemas de autoestima, tenía obesidad, llegué a pesar 118 kilos, mi detonante para cambiar fueron unos exámenes prevacacionales, tenía los valores sanguíneos alterados y decidí buscar una nueva forma de hacer las cosas.

Empecé a trotar, bajar de peso, el coaching y PNL me ayudaron mucho y, aunque meditaba desde los 14 años para estudiar, no había incursado en el Yoga. A los 17 años es que inicia ese proceso de aprendizaje en el yoga y la medicina ayurvedica.

No tuve mucho tiempo para salir a fiestas o frecuentar discotecas como otras personas de mi edad, me pasaba los días y noches estudiando y trabajando.

A los 19 años ya me sentía mejor con mi peso y decidí formarme como profesor de yoga para ayudar a otras personas en su proceso.

¿A qué edad descubriste que tenías la vocación de ayudar?

En la adolescencia quería ayudar a todos los considerados “malos estudiantes”, siempre pensaba que había algo más que una calificación cuantitativa y los ayudaba en distintas asignaturas porque no me sentía apreciado ni aceptado por ningún grupo.

A pesar que nunca estuve conectado con un grupo en la adolescencia (excepto el coro lírico), me gustaba como me sentía cuando ayudaba a alguien y recibir sus “gracias”.
A los 18 años me cree un eslogan de vida: “Voluntad, determinación, disciplina y servicio”, me dediqué a estudiar técnicas y herramientas que hicieran al ser humano más feliz y capaz de enfrentar sus situaciones psico-emocionales.

¿Cuéntanos tu proceso antes de ir a la India?
Desde el 2013 empecé a dar clases de yoga y meditación, creé la Fundación Escuela Prema Yoga @premayogaschool (actualmente Prema Yoga International School) y creé un pensum de estudios para formar instructores de yoga, dicho pensum fue avalado por la Asociación Internacional de Yoga en India y la Alianza internacional de yoga; además de las formaciones de yoga y su enfoque terapéutico para el bienestar holístico, realizábamos retiros de sanación emocional y crecimiento personal, una combinación de las herramientas ancestrales del yoga con un enfoque terapéutico.

India era un lugar mágico y sentía inalcanzable para mí recibir una beca de estudios en medicina ayurvedica con un enfoque psicoterapéutico. Me emocioné tanto que no paraba de trabajar y ahorrar para vivir esta experiencia.

Tu viaje a la India le dio un giro a tu vida, cuéntanos sobre tu experiencia allá:
Recibí parte de una beca de estudios de dos meses para estudiar ayurveda en la Ciudad de Rishikesh, estado de Uttarakhand, India. Además, viajar a India era uno de mis sueños, después tener más de 12 años como un buscador del mundo espiritual, quería visitar ese país mágico y lleno de tanta mitología, sabiduría y diversidad espiritual.

Llegué a India con un nivel de inglés intermedio, al principio fue difícil comunicarme con los locales y extranjeros, éramos más de 5000 extranjeros en una pequeña ciudad, con diferentes acentos y pronunciaciones, esto al mismo tiempo, me ayudó a aprender de diversas culturas y nacionalidades. En cuanto a la cultura, ya estaba familiarizado con todos los aprendizajes que obtuve de mis maestros, soy Profesor de Yoga desde hace 10 años y Rishikesh es conocida como la capital de yoga del mundo. En india, las personas suelen ser muy abiertas a ayudar, serviciales y hospitalarios, fue fácil conectar con ellos, de hecho, estuve casi todo mi tiempo compartiendo con amigos locales y sus familias. Cada estado es diferente en cuanto a cultura, festividades, gastronomía, creencias. Es un país muy diverso, es difícil hablar de india en general.

Al principio estuve en el Instituto de Ciencias Védicas y Medicina Alternativa, después de finalizar mis estudios (en medio de la pandemia), me mudé a Antalya, un hotel donde me dieron la oportunidad de ofrecer mis servicios en el campo del yoga terapéutico, acro yoga y meditación. Allí hice muchos amigos. Una vez que las reglas en India fueron más flexibles para viajes domésticos, tomé mi mochila y realicé varios peregrinajes en India.

Fui entrevistado por canales de TV y Youtube, al ser el único extranjero en completar el Char Dham Yatra (peregrinaje de los 4 puntos cardinales de india) durante los últimos años, además de ser el único latino y venezolano en hacerlo.

Los gastos al principio fueron una preocupación, una vez finalizada la beca, estuve ofreciendo terapias alternativas y fisioterapia de forma gratuita a compañeros del centro de estudios; en Venezuela hice este servicio durante 4 años en los geriátricos de forma gratuita. Al iniciar la pandemia, recibí el apoyo de una señora de 70 años de Estados Unidos y otra mujer embarazada de Hong Kong.

Luego empecé a trabajar en hoteles, así como dictar clases, cursos y formaciones online a través de mi escuela de yoga (Prema Yoga School).

Soy psicoterapeuta desde el 2014, en Venezuela estuve ofreciendo consultas en Anaco, adicionalmente en las formaciones de yoga, aplico terapias de sanación y crecimiento personal.

Durante la pandemia muchas personas quedaron desempleadas, varios grupos en india se movilizaron a ayudar con comidas, ofrecer clases y actividades que ayudaran a los sectores menos favorecidos.

Fui convocado a participar en estos proyectos; durante este proceso, comprendí que el conocimiento de la educación sexual en India es muy escaso, debido a las tradiciones, hablar de educación sexual en India es tabú, especialmente en pequeñas ciudades y pueblos.

Desde ese momento, con apoyo de amigos e instituciones, empecé a hablar de temas como desarrollo de la personalidad en los niños, diferenciar el buen toque y mal toque (incluso por los familiares), los derechos humanos de la mujer, entre otros.

Observando que varias personas tenían complicaciones y traumas relacionados con los toques e incluso algunas fueron víctimas de abusos sexuales.

Ayudaba a diversos grupos, ofreciendo terapias, iniciando con la escucha activa y permitiéndoles aflorar sobre sus situaciones; muchas personas no asistían a terapia o no querían conversar del tema por vergüenza y miedo, es allí donde nace las Terapias Anónimas por teléfono, un método que permitió abrir el corazón de las víctimas y se permitieron comenzar el proceso de sanación de sus traumas; inicié desde noviembre de 2020, durante 3 a 5 horas diariamente, de forma gratuita. Al ser una terapia anónima, no se revelaban nombres o rostros de los pacientes; esto comenzó solamente con los grupos a los cuales ofrecí conversatorios, pero luego se extendió por toda la India.

Decidí hacer las terapias en el anonimato, no había nombres, solo mi número de teléfono, adicionalmente tenía un amigo que ayudó en algunos casos, traduciendo del hindi o tamil al inglés, ya que algunas personas en india no hablan inglés. Durante inicios del año 2021, ya tenía llamadas diarias y tenía que agendar citas para poder ayudar de forma efectiva, lo que inicio como un servicio a pequeños sectores, se extendió a un punto donde solicité ayuda de una colega local.

Adicional a ello, las entrevistas en diversos estados por los peregrinajes como el Char Dham Yatra, Jyotirlingams y Shakti Peets (peregrinajes considerados sagrados en India desde que inicio la creencia de los Dioses Vedicos o Dioses del Hinuismo). Era el único latino en conocer de estos antes de visitarlos, el único latino en realizar estos viajes durante pandemia y me recibieron dentro de los templos por los conocimientos de la filosofía hindú que aprendí en Venezuela desde hace 12 años.

Durante mi estadía en Rishikesh y demás ciudades, ofrecí mis servicios como terapeuta y profesor de yoga, hasta al punto de ser contratado como influencer para promocionar relojes, ropa, mat de yoga, hice de todo un poco (ja,ja,ja).

Por todas las acciones desinteresadas, Robinson se hace ganador en India del Premio Excelencia Humanitaria del Año (PEH), el cual es “el máximo galardón social del país, es presentado por la Fundación I CAN. Cualquier persona sin distinción de raza, ocupación, cargo, género o religión es elegible para este premio. Se otorga en reconocimiento a un servicio o desempeño excepcional del más alto nivel en el campo social del esfuerzo humano”.

“Para la consideración como galardonado al Premio HEA 2021, el nominado debe demostrar la idea de personas u organizaciones verdaderamente humanitarias que sean compasivas y altruistas en su intención de mejorar la vida de los demás y el bienestar humano en general y también para los distinguidos y logros excepcionales realizados en el campo social”.


Si desean indagar más sobre este premio, pueden ingresar a https://icfawards.com/


¿Cuándo y cómo te enteras que te nominan al Premio HEA?
En el mes de mayo del 2021, hubo personas interesadas en saber quién era, de dónde venía y por qué hacía ese servicio. Una paciente de las terapias anónimas me conoció a través de amigos en común, ella en conjunto con los colaboradores de una ONG, me nominaron para recibir el reconocimiento de la Excelencia Humanitaria del Año.

Eres el único venezolano y latinoamericano en recibir este reconocimiento. ¿Qué significó para ti?
Me sentí muy honrado, aún no puedo creer cuantas bendiciones recibí en India, ser el primero o único venezolano y latino en recibir reconocimientos en India, me hizo querer regresar a Venezuela, traer el premio a mi tierra y usar todos los aprendizajes para ayudar a mi país nuevamente.

Al principio no quería recibir el reconocimiento, pero me llamaron muchos pacientes agradeciéndome y motivándome. Robinson o Robin como solían llamarme fue un nombre que estuvo lleno de agradecimientos, llamadas, felicitaciones por parte de todos los que me rodearon. Todas esas llamadas y felicitaciones me hicieron cambiar de opinión y decidí aceptarlo y dedicarlo a mi tierra Cumaná que me vio nacer y Rishikesh que me ayudó en mi proceso de crecimiento personal y espiritual.

¿Anunciaron previamente al ganador o te anunciaron durante la ceremonia?
Si, los ganadores fueron anunciados con 20 días de anticipación para llamarlos a la ceremonia de entrega. De igual manera, durante la ceremonia otorgaron los títulos de los reconocimientos, es decir cada reconocimiento tenía una razón diferente. No sabía exactamente cuál sería el título del reconocimiento.

 

¿Dónde vives actualmente y que actividades realizas?
Vivo en Cantaura Estado Anzoátegui, siempre me encuentro viajando a distintos estados del país para seguir formando en temas de yoga y crecimiento personal. También estoy terminando una Maestría en Dirección y Gestión de Recursos Humanos en la UNEATLANTICO de España con doble titulación con la Universidad Iberoamericana.

Adicionalmente dirijo Chikitsa Espacio Terapéutico, un lugar en anaco dedicado a ofrecer terapias ayurvedicas, yoga y meditación.

¿Cuáles son tus expectativas de cara al futuro?
Después de los dos años de pandemia, prefiero vivir sin muchas expectativas. Me encantaría crear una carrera universitaria cuyas cátedras sean terapias alternativas, yoga, ayurveda, medicina alternativa, terapias holísticas, de igual manera incluir psicología, filosofía y materias de índole científica.

Este año me ha ayudado a afianzar mis metas y completar mis proyectos, continuaré prestando el apoyo a ONGs en India, espero tener respuestas positivas de ONGs en Venezuela para continuar con las labores.

Y por supuesto, estoy abierto a nuevas oportunidades, experiencias y actividades en Venezuela.

¿Cuáles consideras que son las cuatro características que te definen?
Justamente mi eslogan de vida: Voluntad, Determinación, Disciplina y Servicio.

¿Qué mensaje le darías a la juventud venezolana?
Hay mucho más de lo que nuestros ojos tienen el alcance de mirar, hay mucho más que aprender de lo que hemos recibido en nuestro sistema educativo, aprendan nuevas técnicas, nuevas formas de hacer las cosas, todo lo que aprendemos puede sincronizarse y crear una sinergia perfecta que nos permita alcanzar nuestras metas.

Entrevista Realizada por https://factor500online.com/robinson-morey-excelencia-humanitaria/